18 jun 2008

El juego de la oca que no es un juego ni tiene ocas


Imposible apartarnos de la realidad del país, por otra parte no pretendo hacerlo, escuchar a Nestor K pronunciando un discurso en un "simulacro de conferencia de prensa con hinchada" (asi lo definió Victor Hugo Morales) en nombre de ser el hombre "importante" de un partido político en tiempos de desabastecimiento, riesgo laboral y miseria me produce un fuerte rechazo (por no decir náuseas), oirlo en su nuevo tono "compadrón" repugna .
Debe ser dificil resolver el apartarse de este tipo de "eventos" populares , pienso en esto a manera pregunta por que no entiendo como este buen hombre no se fue con su "bidón de nafta" y sus mentiras a otro lado, utilizo él término mentiras por que no se como tratar los dichos de alguien que dice que los cacerolazos del lunes en la noche no fueron espontáneos, cuanto lo lamento...cuanto lamento su prepotencia, su patoteril proceder sobre jovenes movileros, jovenes periodistas silbados por la barra "K" o los destratos por parte de el ex presidente para Pablo Navarro de Radio Continental.
Lo de Cristina K, que decir, toda vez que aparece como ayer muestra dos aristas claramente marcadas, su irreprochable habilidad y su indiscutible desinterés por ceder en el tema, a veces se quiere mostrar algo mas humana, pero actuación es una materia que no tiene aprobada, sus gestos, sus miradas, su verborragia hace que uno se incomode, se intimide, a ella le puede llegar a gustar, la puede hacer sentir bien, lo cierto es que yo espero otra cosa que miedo por parte del primer mandatario, creanme que en realidad no me alcanza con saber que no la voté, que no la pedí, por que quisiera que le vaya muy bien, pero ella se empeña en que así no sea.
El decreto va hacia el parlamento, no se podrá modificar, solo ratificar o rectificar, suena a alivio generalizado, que Dios ilumine a los protagonistas que pueden devolvernos la paz, esto no es una guerra, pero en un país con tantas riquezas vivir como vivimos al menos se asemeja mucho a una batalla que no merecemos perder.

Los invito a leer una opinion de unos de los pocos periodistas de cabecera que tengo, uno de los creíbles y a imitar, Jorge Lanata en su diario (que ayer colapsó por tantas visitas) hoy dice esto.

El juego de la oca que no es un juego ni tiene ocas

Noventa y ocho días después, como en un juego de la oca, todo vuelve a comenzar. Pero no es un juego. Y no hay ocas. Y nada vuelve a comenzar igual. El mismo gobierno que decidió aumentar las retenciones sin consultar a nadie ahora anuncia el paso del asunto al Congreso como una concesión magnánima.–En siete meses, nunca, nunca dicté un decreto de necesidad y urgencia –dijo Cristina, y luego hizo un pequeño silencio para los aplausos.“He sido menos autoritaria que Néstor”, parecía querer decir. Néstor, a su izquierda, sentado al lado de Julio De Vido, aplaudía. (Un par de horas antes, su compañero de banco pronunció la mejor frase de un día de frases, que quizá quede hoy injustamente olvidada por el fárrago de los presidentes. Ayer De Vido, señores, habló de los “valores de la República”.) El camino que el Gobierno propuso ayer figura, hace años, en la Constitución (esa ley fundamental que nunca cumplimos pero que cada tanto queremos cambiar). Lo dice el artículo 4: “El Gobierno federal provee a los gastos de la Nación con los fondos del Tesoro Nacional (...) de las demás contribuciones que equitativa y proporcionalmente a la población imponga el Congreso (...)”; el artículo 17, luego de referise a la condición inviolable de la propiedad, dice: “Sólo el Congreso impone las contribuciones que se expresan en el art. 4°”. Y el artículo 52: “A la Cámara de Diputados corresponde exclusivamente la iniciativa de las leyes sobre contribuciones”. El Gobierno, por su parte, sostiene que las retenciones no son un impuesto. Y no sólo contradice la ley, sinotambién el diccionario. La Real Academia Española define, en la acepción “tributaria”: “Descuento que se practica sobre un pago para la satisfacción de una deuda tributaria”. Por otro lado, si no es un impuesto, ¿por qué discutirlo entonces en el Congreso? Imaginémoslo, en honor a Caparrós, un cuasi-impuesto, y todos comeremos perdices. Pero ¿fue eso todo lo que pasó? ¿Ése era el problema que se discutió durante 98 días? La insólita imagen del presidente Kirchner en conferencia de prensa, sonriente, amable y movedizo como en una emisión de Polémica en el bar permitió mirar un poco debajo de la alfombra: Néstor está convencido de que el cacerolazo no fue multitudinario ni espontáneo, de que sectores ligados a la represión le brindaron logística y de que la Gendarmería “acunó” a De Angeli, y “ni lo tocaron”. En ese momento, el presidente “chapeó” con su pasado combativo: “Con Cristina estuvimos presos”, dijo. Los afiliados presentes aplaudieron como si se tratara de Nelson Mandela. Néstor K estuvo preso junto al diputado Rafael Flores durante dos noches, en marzo de 1977. Que se sepa, la presidenta nunca estuvo en esa condición. El presidente, también, habló de doble discurso y se lo adjudicó al campo y a los medios. Hace algunos días, un alto funcionario del Gobierno me decía, hablando de la crisis:–Ya pasamos por esto.–¿Cuándo? –le pregunté.–Con Blumberg.Será difícil arreglar algo que ni siquiera se puede ver.

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