10 jul 2008

Había una vez un club


En los carnavales de 1959 el Club Social y Deportivo Luna Llena de Avellaneda está en su mayor esplendor. en la actualidad, vemos que se ha convertido en una sombra de lo que fue, demacrado y sosteniéndose a duras penas, venido a menos y con un grupo de integrantes de su comisión directiva que trata de sacarlo adelante, a pesar de los inconvenientes incesantes y cotidianos. El presente es un gimnasio con goteras, un bufé sin pretensiones y una enorme deuda con el municipio. El futuro no pinta mejor y cada vez son menos los socios.Román Maldonado (Ricardo Darín) ha pasado los cuarenta y lleva trabajando por el club casi toda su vida, ahora como miembro de la comisión. Pero también sus propias grietas son cada vez más difíciles de disimular. Hasta que un día aparece la solución ideal como propuesta de otro antiguo socio: vender el club para instalar un casino. Quizás ha llegado el momento de tomar decisiones mucho más importantes...
La realidad y el presente de un club como Ben Hur, que tuvo la posibilidad de codearse con los grandes, que tuvo la oportunidad de mostrarse como un ejemplo en la sociedad rafaelina y que como no podía ser de otra forma tuvo sueños de grandeza, es realmente triste, como el desarrollo del drama que tan bien llevó a cabo Juan Jose Campanella, tienen un hilo conductor, similar pasado, similar presente, (similar futuro?),pero aqui una diferencia, a un club lo conducen "laburantes" comprometidos con la causa desde un fin social, transparente y abjetivo, al otro... no.
El desinteres de los socios en acercarse a sumar es llamativo, esa dirigencia casi intachable y que pretendía hacerse llamar “de lujo” hoy no puede reclutar gente para formar al menos una cooperadora, como las escolares, por que nadie pretende involucrarse en algo que no huele del todo bien.
El final no está escrito, pero por el solo hecho de formar parte de una historia real y su futuro, por eso debemos esperar, quizas lo que viene no es lo mejor, pero será una solución en la que se puedan liberar unos cuantos, quizas la solución no sea un casino, pero algún negocio tal vez nazca, entonces entre el puñado de conductores, choferes de un micro vacio, se oiga la frase… “vender el club para instalar un ...(vaya a saber que…), Quizás ha llegado el momento de tomar decisiones mucho más importantes...”

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