15 mar 2009

UNa porfía inconducente.


Atlético ya no puede marcar con línea de tres fuera de casa por que las caras son demasiado jóvenes para semejante responsabilidad, es un salto al vacío donde todo puede suceder
Dicen que en el fútbol todas las verdades son relativas, pero si en realidad podemos establecer ello como una regla aparecerá de manera pronta e impostergable la excepción que confirma el carácter de regla al concepto que vertimos, y esa excepción es la que habla de la composición del fútbol, ¿como esta compuesto genéticamente?, ¿cual es el ADN de este deporte “sagrado”?, y en esa lectura seguro comprobaremos aquello de que el fútbol no es otra cosa que la sumatoria de momentos, los momentos en el rendimiento de los futbolistas, la lucidez que en "ese" momento puede llegar a tener o no ese entrenador de turno, el momento del dirigente que toma las decisiones de peso, el momento del simpatizante, momentos, son momentos, no hablamos de un concepto que permita establecer polémica alguna, si en realidad existe una verdad absoluta… está allí, en la médula de este deporte.

Este momento de Atlético que me encargué de resumir en una entrada anterior como que “es mas preocupante que lo que en realidad se observa en escena” y que me lleva a ir contra mis principios en los que el “auto bombo” no tiene cabida, por que bien podría titular…”yo lo dije”, no es otra cosa que una clara muestra de lo que el equipo de Fuentes muestra hoy, futbolistas seguramente en algunos casos ciertamente jerarquizados pero con momentos asociados en un nivel tan inaceptable como peligroso y bajo.

Para este tipo de momentos de apremio debe haber un entrenador ágil y resolutivo, como dicen en el barrio “sin ponerse colorados”, este Atlético después de ser maltratado desde lo futbolístico por Quilmes AC mas allá de la victoria obtenida, no podía pretender para este sábado otra cosa que no sea cuidar a Capogrosso, su arquero, con dos férreas y combativas líneas de cuatro, y una punta y media como máxima aspiración al arco de enfrente, eso no es salir a defenderse, eso es intentar salir con la menor cantidad de excoriaciones posibles de la contienda. No hay que preocuparse por el que dirán, solo hay que tratar de sacar del medio este mal momento, solo hay que tratar de pasar estos partidos, se debe generar el tiempo necesario en el que el jugador se encuentre con la confianza que perdió.

Fuentes debió leer los manómetros que hablaban del rendimiento de su equipo, debió entender que no puede en el fútbol de estos tiempos mantener aquella idea de que se puede “morir en la de uno”, hay que actualizar el libreto de manera permanente, y es allí donde nos encontramos que aquel Atlético de la primera mitad del campeonato caducó, aquella idea de movilizar cinco volantes por la distintos sectores de acuerdo a las necesidades impuestas por el rival debe variar, por que los hombres no están en su momento, Zanabria no está en su momento y el equipo lo extraña, Gil tiene altibajos, Cravero, en este momento no puede marcar la diferencia que supo marcar, Cáceres sin Zanabria no es ese jugador con chances de ir al podio de los mejores de la divisional y Garcia no aporta lo que un refuerzo debiera, Juarez y sus lesiones y Ribolzi sin la continuidad necesaria, en resumen, este Atlético del mejor mediocampo de la B Nacional no lo es y de esta forma no avanzará, esto es sencillo, como en la vida misma, yo también quisiera tener un Mercedes… pero en este momento"no puedo”, son momentos, solo momentos.

Esta porfía no tiene razón de ser sostenida, ya no puede marcar con línea de tres Atlético lejos de su casa por que las caras son demasiado jóvenes para semejante responsabilidad, es un salto al vacío donde todo puede suceder, y sin red ; Fuentes conduce un plantel ciertamente fisurado desde lo moral y hoy, en este momento no está en condiciones de llevar adelante un planteo en el que el margen de error es notablemente menor, quizás está a tiempo, aunque no lo se, el fútbol le dio muestras de que su equipo recibió un golpe cercano a lo letal y no lo advirtió, y recibió la paliza de todos los tiempos, ahora será muy difícil sacar al grupo desde el subsuelo hasta el que cayó, aunque siempre que hablamos de fútbol y en cada vez que entablamos una charla y la pelota es el eje de la conversación sabemos que en ese mismo instante mueren los imposibles y un mal momento puede darle paso a un momento mejor. o quizas... al momento soñado.



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