30 jul 2010

Le cortaron las piernas (parte II)


él tuvo mucho que ver, al exponerse, al quedar en manos de los que decidían por él “detrás de escena” en la copa del mundo, ¿recuerdan esa patética imagen de sus colaboradores definiendo cosas con “el Diego” como “espectador”?,aquí les refresco la triste imagen

Y el colaboró, su impericia como entrenador lo desbordó, no se supo defender desde al lado de línea de cal, su escases de condiciones, su poca contracción al trabajo, sus amigos que son los amigos del campeón, todo, todo hizo que al bueno de Don Julio la tarea de “bajarlo” a ese limitado “DT” sea la de quitarle un caramelo a un niño, lo utilizó como quien usa un descartable, sin compasión, sin pensar en él, porque ya se sabe que irá a parar a los desechos del 'establishment', su suerte siempre estuvo escrita y guardada en el primer cajón del escritorio de Don Julio, hasta que la barranca no resitió.

Diego no fue capaz de armar bien un equipo de trabajo, solo de rodearse de los Heinze para que le acerquen negocios, Diego no supo armar jamás un equipo, solo equivocarse en llevar amigos al trabajo cuando tan solo están para compartir un muy buen asado regado con anécdotas de notable faena, Diego no fue capaz de escribir su propio adiós, solo de leer algo que escribió alguien más dolido que él mismo, pero por la pérdida de un importante ingreso de guita, Diego no fue capaz ni de atacar ni de cantarle las cuarenta a Don Julio, lo trató de mentiroso, y tratar a otro de mentiroso es el cuchillo más filoso con el que se retan a duelo don compañeritos de jardín de infantes, solo fue capaz de pegarle al bueno de Bilardo, a ese protector de su carrera futbolística a sol y a sombra, a la mano que tantas veces le dio de comer, y aquí lo peor, Diego no fue capaz de hacerle un lugar en su desordenada vida a la autocrítica aunque más no sea por una vez .

Diego muerde el polvo una vez, y otra vez mucho tuvo que ver él al no tomar las medidas de seguridad del caso, al exponerse, al entregarse y quedar colgando en las manos de sus no del todo bien elegidos colaboradores, los que decidían por él “detrás de escena” en la copa del mundo, ¿recuerdan esa patética imagen de sus colaboradores definiendo cosas con “el Diego” como “espectador” , un horror.

Nunca debió ser el entrenador, debió ser Bianchi como lo dije aquí el sábado 25 de octubre de 2008 bajo el título de “Bianchi debe ser el entrenador, Diego no” , pero aún parado en el sitió más importante del fútbol argentino fue incapaz de ayudarse a si mismo, la era del "10" se acabó y solo me dejará un par de recuerdos, el de sus frases, como la de Montevideo o tantas otras de notable producción y vida eterna asegurada, y el de la quizás más atinada decisión de Don Julio en los últimos 30 años, la de “cortarle las piernas (parte II)” a un entrenador que el mismo quiso inventar en un invento que jamás funcionó.

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