23 sept 2010

La hora del fútbol verdad.

"...ya nadie se atreve a criticar a estos entrenadores que hoy pueden estar en la mala ya que su futuro habla de logros impostergables."

Y allí están los dos, el tiempo transcurre y las crisis más o menos profundas no los afectan, ni la ausencia de Riquelme ni el sobre peso de Pavone, ni la ya interrumpida sequía de Palermo ni las largas noches de Ortega en “Tequila”, nada los golpea, están allí, parados frente a frente, en veredas diametralmente opuestas, uno comanda River, el otro Boca.
Cappa es recto, cordial, idealista y un poco mal hablado, Borghi no insulta, Angel a veces es testarudo cuando opina, y “el bichi” también aunque no se le frunce el seño. Cappa pocas veces pierde la calma mientras que eso a Borghi jamás le sucede, Cappa solo habla de los árbitros y con los árbitros, Borghi no opina de “los silbatos”, el “viejo” no es campeón pero lo será y Borghi ya lo fue aunque seguro repetirá.

Pocas veces se da esto, perfiles tan coincidentes, posturas tan transparentes, ideas sin dobles discursos, no debe existir la chance de trazar un paralelo similar a lo largo de la historia de ambos clubes, pero hoy se dio así, y aquí están, listos para darlo todo, pero por derecha, pero con trabajo, pero con esfuerzo, pero con talento y clase, y en este fútbol que huele mal gracias a periodistas que “muerden del negocio” rayando lo escasamente digno para la profesión hay una buena noticia amigos, NO TODO ESTA PERDIDO.

¿Por qué no les dinamitaron los ingresos a River y a Boca?, ¿Por qué no les bajaron el pulgar?, ¿Por qué las cadenas que siempre dicen manejar el negocio no se opusieron?, ¿Por qué ni en el pedorro programa en el que Fantino “fogonea” la pelea entre algunos gallitos de riña que viven en la periferia del establishment periodístico y mediático se los critica despiadadamente?, todos estos porqué tienen una respuesta común, nadie se mete contra los talentosos y laburantes de verdad, nadie tiene los huevos que dice tener, nadie escupe para arriba, todos saben que las buenas intenciones al jugar tienen premio siempre, nadie se atreve a criticar a estos entrenadores que hoy pueden estar en la mala porque que su futuro habla de logros impostergables.

Créanme que todavía no me cierra esto de subirle las barreras a entrenadores que poco le sirven a la basura televisiva –y al resto de los medios- , aunque siento que quizás ya no hay quien se atreva –por mas “testaferro” que sea- a sostener a los Merlo, a los Ruggeri, a los Córdoba o a los Veira, es el final de una raza de entrenadores nocivos para el fútbol, es la hora de ellos, los que laburan –Falcioni, Alfaro, Subeldía, Fuentes, Gallego, Burru, Sensini- y sustentan este término desde los hechos que se observan en el juego, nada es “de boquilla”, eso es el pasado, un pasado sepultado –gracias a Dios-.

Shapó Cappa, shapó Borghi, son la prueba que hacía falta para convencernos de que una nefasta etapa de entrenadores impuestos y sostenidos desde los medios se terminó, basta de aquellos que por solo ser portadores de algún apellido afín a una camiseta se ganaban el derecho de entrenar un equipo, basta de los coleccionistas de documentos de “T y C”, basta de los coleccionistas de contratos “a judiciales”, es la hora de entrenar seriamente y representar dignamente una institución desde el rol de entrenador, quizás es la hora del Menottismo –quizas- , es la hora de “la verdad”, es la hora de jugar al fútbol”, es la hora de Cappa y es la hora de Borgui –nuestro fútbol lo agradece-.


1 comentario:

Anónimo dijo...

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- Norman